Nissan recibe 17 ofertas para quedarse con su planta de Barcelona

KPMG ya analiza las diferentes opciones para reindustrializar la instalación catalana. Hasta el 31 de marzo hay tiempo para recibir propuestas.

Empresa, Gobierno y Generalitat emitieron un comunicado conjunto en el que celebraron el éxito de la convocatoria. “El mayor número de proyectos están enfocados en explorar la posibilidad de ensamblar vehículos de nueva movilidad (eléctrica e hidrogeno) en la Zona Franca y algunos de ellos contemplan asimismo la fabricación de baterías”, señala el texto.

“También han hecho llegar su interés en alguno de los tres emplazamientos de Nissan compañías vinculadas a la construcción y al almacenaje industrial”, añade. Fuentes cercanas a la mesa de reindustrialización explicaban a Economía Digital que incluso se había acercado alguna empresa de plantas fotovoltaicas.

Las mismas voces señalaban que la semana pasada las ofertas rondaban la docena. El número total de acercamientos asciende a 35, pero no todas las empresas entregaron la documentación necesaria.

Será con la entrada de abril cuando se deberá empezar la criba de las opciones que haya sobre la mesa. Las distintas voces consultadas señalan que la opción preferida de los miembros de la mesa de reindustrialización es que los terrenos de Nissan alberguen un nuevo fabricante de automóviles, ya sean eléctricos o híbridos.

Además, el calendario aprieta. Nissan abandonará Barcelona en diciembre de 2021 y la única opción de reiniciar la actividad en enero de 2022 sería hacerlo de la mano de una empresa que no tuviera que desmontar la instalación, señala una de las fuentes consultadas. “Lo más complicado de este tipo de procedimientos siempre es cuadrar el calendario del comprador con el del vendedor, y más en un proceso como este, que ya nació con retraso. Debió haber comenzado en agosto, cuando se firmó el acuerdo con la plantilla”, señalan en el sector

“Tener una fábrica de coches ya montada en Europa Occidental es un activo inestimable para automovilísticas que todavía no producen o tienen escasa implementación en Europa. Eso hay que ponerlo en valor”, añaden.

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