La Industria Nuclear aboga por extender su contribución en la lucha contra las emisiones

La icónica banda irlandesa U2 ha sorprendido al mundo con su última canción, «Atomic Sun for everyone» (Un sol atómico para todos), en la que su líder, Bono, y sus compañeros de banda expresan un cambio de opinión con respecto a la energía nuclear. En los años noventa, U2 participó activamente en campañas en contra de la industria nuclear, pero ahora, tres décadas después, ven con buenos ojos los avances tecnológicos en este campo, considerándolos como parte crucial de la transición energética.

Este cambio de actitud hacia la energía nuclear ha sido denominado el «efecto Oppenheimer», en referencia a la película de Christopher Nolan. Según una encuesta realizada por Project Europe, el 41% de los encuestados en 2016 creía que era apropiado prescindir de la energía nuclear, mientras que ese porcentaje ha disminuido al 15% en 2022.

Este cambio de percepción se debe en parte a la creciente preocupación por la crisis climática y el aumento de los precios de los combustibles fósiles. La energía nuclear destaca por su capacidad de funcionar de manera constante sin emitir CO2, independientemente de las condiciones climáticas, y su recurso principal, el uranio, se encuentra en varios países sin problemas de suministro.

En España, por ejemplo, la energía nuclear desempeña un papel significativo en la generación eléctrica, proporcionando el 21% de la energía eléctrica total. A nivel mundial, la energía nuclear contribuye con el 10% de la generación eléctrica global, y países como Polonia, India, Suecia y Holanda han expresado un renovado interés en esta tecnología.

Sin embargo, a pesar de sus ventajas, la energía nuclear sigue siendo objeto de un intenso debate. Los recuerdos de los desastres nucleares de Chernobyl y Fukushima, así como la gestión de los residuos radiactivos, generan preocupación y controversia. Además, la edad promedio de las centrales nucleares es de aproximadamente 31 años, aunque muchas se han actualizado para operar de manera segura durante más tiempo.

En el contexto europeo, la postura hacia la energía nuclear varía, con algunos países, como Francia, promoviendo su uso, mientras que otros, como Alemania, Bélgica y Suiza, han decidido cerrar sus centrales. En España, a pesar de su contribución significativa a la producción de electricidad, se ha anunciado un plan gradual de cierre de centrales nucleares entre 2027 y 2035, lo que ha suscitado preocupación por la pérdida de empleos y la necesidad de encontrar alternativas.

El debate sobre la energía nuclear continúa en todo el mundo, y la industria está explorando soluciones como los reactores modulares pequeños (SMR) para mantener su relevancia en un futuro donde las energías renovables también desempeñan un papel crucial. Los detractores argumentan que es más sensato invertir en sistemas de almacenamiento de energía renovable en lugar de construir nuevas centrales nucleares.

En última instancia, el futuro de la energía nuclear sigue siendo un tema de alto voltaje que involucra consideraciones sobre la seguridad, la sostenibilidad y la transición hacia fuentes de energía más limpias en un mundo cada vez más preocupado por el cambio climático y la reducción de las emisiones de CO2.

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