Este jueves, el Gobierno alemán anunció un ambicioso plan de ayuda de 28.000 millones de euros a lo largo de cinco años para reducir los costos eléctricos de la industria. Este programa, producto de extensas negociaciones entre los partidos de la coalición gobernante, fabricantes y sindicatos, tiene como objetivo aliviar significativamente los gastos de electricidad de la industria a través de recortes fiscales y subvenciones.
El canciller Olaf Scholz afirmó que el Gobierno busca aliviar de manera considerable los costos eléctricos para la industria, y el plan beneficiará especialmente a las empresas con un consumo intensivo de energía eléctrica. La iniciativa pretende, además, evitar que las empresas trasladen su producción a países con costos energéticos más bajos.
Tras el consenso entre los socios de la coalición, se acordó legislar la reducción del impuesto a la electricidad de 15,37 euros por megavatio/hora a un mínimo de 0,50 euros/MWh para 2024 y 2025, conforme a las directrices de la Unión Europea. Esta disminución se extenderá por tres años adicionales, siempre y cuando se pueda compensar la financiación en el presupuesto federal entre 2026 y 2028.
El paquete de medidas también incluye un pago único de 5.500 millones de euros en 2024 para reducir las tarifas que las empresas pagan a los gestores de redes eléctricas. Alrededor de 350 empresas con alto consumo de energía, enfrentando una fuerte competencia internacional, se beneficiarán de una extensión de cinco años en los sistemas de compensación de costos de certificados de CO₂.
La Federación de la Industria Alemana (BDI) elogió la medida como un alivio urgente para las empresas, considerándola un paso crucial hacia una mayor competitividad. El Ministro de Economía, Robert Habeck, destacó que este enfoque conjunto apoya la competitividad, abarcando desde pequeñas y medianas empresas hasta grandes corporativos.
La necesidad de este paquete de ayuda surge en un contexto en el que Alemania, tras prescindir del gas natural ruso debido a la invasión de Ucrania en 2022, enfrenta altos precios de electricidad. A pesar de límites previos establecidos para proteger la industria y los hogares, las empresas alemanas sostienen que los precios siguen siendo elevados según estándares internacionales. La transición verde y la competencia con industrias chinas y estadounidenses fuertemente subsidiadas también plantean desafíos adicionales para la industria alemana.