China domina de manera innegable la producción mundial de grafito, alcanzando la impresionante cifra de 820,000 toneladas en 2021, mientras que Brasil, el segundo productor, apenas llegó a las 68,000 toneladas, y Mozambique, en tercer lugar, se conformó con 30,000 toneladas. Este mineral desempeña un papel crucial en la fabricación de ánodos para las baterías de vehículos eléctricos, lo que otorga a China un control del 90% en este mercado, una posición estratégica que el gobierno de Xi Jinping ha aprovechado para interrumpir el suministro a Estados Unidos y sus aliados.
Este movimiento chino no solo responde directamente a las sanciones estadounidenses en el ámbito de semiconductores, sino que también busca reforzar la ya sólida presencia de China en el sector de vehículos eléctricos. Además del grafito, el gobierno chino ejerce un control significativo sobre la producción de otros dos minerales esenciales en industrias clave como semiconductores, vehículos eléctricos y telecomunicaciones: el germanio y el galio. En medio de las tensiones actuales entre la alianza liderada por Estados Unidos y China, el gobierno chino no vacila en utilizar su control sobre estos tres minerales para proteger sus intereses.
La estricta regulación de las exportaciones de germanio y galio por parte de China entró en vigor el 1 de agosto, y se espera que el control sobre el grafito se intensifique a partir del 1 de diciembre. El gobierno de Xi Jinping justifica esta estrategia como parte integral de su política de seguridad nacional, una justificación que curiosamente se asemeja a la retórica utilizada por Estados Unidos al imponer sanciones a empresas chinas.
En la práctica, estas medidas obligan a los productores de grafito, germanio y galio a obtener una licencia de exportación antes de enviar estos minerales a clientes fuera de China. Los exportadores deben especificar a qué cliente se destinarán estos minerales y con qué propósito, otorgando a la Administración china el poder de prohibir la exportación si lo considera necesario.
Durante los meses de agosto y septiembre, China limitó considerablemente las exportaciones de galio y germanio, permitiendo solo pequeñas cantidades en octubre. Se espera que el patrón se repita con el grafito, generando una incertidumbre en el mercado de materias primas y, con frecuencia, provocando aumentos en los precios de estos minerales. Este juego de poder es un recordatorio constante para Estados Unidos y sus aliados sobre la capacidad de control que ejerce China sobre materias primas esenciales para industrias clave.