La preocupación constante por la salud de las baterías de nuestros teléfonos podría tener una solución innovadora en el horizonte. La empresa china BetaVolt Technology, con sede en Beijing, ha anunciado recientemente un avance significativo en tecnología al desarrollar con éxito una batería nuclear en miniatura. Este logro marca un hito importante, ya que anteriormente no se había logrado reducir a una escala más pequeña una batería con estas características.
El proceso de producción de esta batería nuclear fue complejo, involucrando técnicas avanzadas como la desintegración de isótopos de níquel-63 con un módulo de semiconductor de diamante. A pesar de la sofisticación del método, el resultado fue positivo, ya que además de lograr la miniaturización y modularización de la batería, se consiguió mantener un coste relativamente bajo en su desarrollo, a pesar de la utilización de materiales no convencionales.
La batería nuclear creada tiene la capacidad de proporcionar una autonomía de 50 años sin necesidad de cargar el teléfono móvil ni requerir mantenimiento. Este avance ha despertado un gran interés en la investigación de baterías, ofreciendo una alternativa sólida a las tecnologías actuales de ion-litio que hasta ahora no habían alcanzado este nivel de éxito.
La posibilidad de producción a gran escala ya se está considerando debido a las numerosas ventajas que esta nueva tecnología podría ofrecer en comparación con las baterías de ion-litio existentes. Este avance podría aplicarse a diversos campos de conocimiento, incluyendo la mejora de las baterías en dispositivos móviles. La perspectiva de contar con una batería en el teléfono que elimine la necesidad de recargarlo jamás supone un avance destacado, liberándonos prácticamente de la dependencia de cargadores. Además, con el ciclo de vida actual de los teléfonos, es evidente que no utilizaríamos un mismo dispositivo lo suficiente como para ver su batería agotarse por completo.