La difícil situación que enfrenta el robusto sector industrial alemán, tradicionalmente poderoso (representando el 20% del Producto Interno Bruto), se agravó en diciembre, según los datos publicados por Destatis, el órgano estadístico federal alemán. Los problemas persisten en la producción industrial, que disminuyó un 1,6% en comparación con noviembre, superando las expectativas y marcando la séptima caída mensual consecutiva. A pesar de la revisión al alza de los datos de noviembre, la producción sigue en declive, ahora un 10% por debajo de los niveles prepandémicos, con una disminución del 3% en 2023.
Destatis señala que la producción en 2023 fue un 1,5% inferior a la de 2022, destacando las caídas más notables en las industrias de alto consumo energético y en la producción de energía. Aunque diciembre mostró un aumento en la producción de energía y automóviles, la construcción cayó un 3,4%, y la mayoría de los sectores manufactureros, especialmente el químico, experimentaron descensos significativos.
A pesar de un incremento del 8,9% en los pedidos industriales en diciembre, impulsados principalmente por pedidos a gran escala, excluyendo estos, los pedidos habrían caído un 2,2% hasta su nivel más bajo desde la pandemia. Las encuestas continúan sugiriendo una contracción en la producción en términos interanuales.
Los expertos expresan preocupaciones sobre la debilidad estructural de la industria alemana, con la producción manufacturera operando más del 10% por debajo de los niveles de 2017. Aunque algunos indicadores, como el avance en la automoción, ofrecen alguna esperanza, las huelgas y las interrupciones en la cadena de suministro podrían contribuir a una contracción económica adicional en el primer trimestre de 2024.
La incertidumbre persiste sobre el futuro de la producción industrial en Alemania, con algunos analistas argumentando que los altos costos energéticos y la débil demanda interna y externa continuarán afectando negativamente en 2024, lo que podría resultar en un estancamiento económico.