El ministro de Industria y Turismo, Jordi Hereu, ha subrayado la necesidad imperativa de una nueva ley de industria que aborde los desafíos cruciales tanto para España como para Europa, con un enfoque que trascienda los ciclos políticos. Hereu instó a una mayor colaboración ciudadana y empresarial, enfatizando que sin inversión real, las palabras carecen de efecto.
En un evento sobre descarbonización industrial organizado por Naturgy, el presidente de la CEOE, Antonio Garamendi, criticó los impuestos que afectan al sector y la banca, demandando mayor seguridad jurídica y estabilidad regulatoria. Por su parte, Hereu destacó la importancia de fortalecer la base industrial para sostener el modelo social y político, mientras que Garamendi lamentó la falta de apoyo desde Europa en los esfuerzos de descarbonización.
Simultáneamente, Hereu anunció la publicación de una convocatoria histórica en el Boletín Oficial del Estado: un mecanismo de compensación con 300 millones de euros para costes de emisiones indirectas de gases de efecto invernadero. Esta medida complementa un paquete de apoyo energético que incluye compensaciones en la factura eléctrica para renovables y cogeneración eficiente, con una ejecución previa de 125 millones de euros.
Francisco Reynés de Naturgy admitió que la descarbonización requerirá cambios profundos y tiempo, criticando la actual electrificación en España y pidiendo un marco normativo más eficaz para la industria. Además, señaló que mejorar la competitividad es crucial para lograr la descarbonización efectiva.
La industria española, representando el 15,3% del PIB, enfrenta desafíos significativos comparados con la media europea del 17,8%. Expertos como Mariano Marzo de la Universidad de Barcelona atribuyen esto a la penalización fiscal y la falta de apoyo a sectores clave. Marzo advirtió que centrarse exclusivamente en la descarbonización podría descuidar la seguridad energética y económica.
Mirando hacia Estados Unidos como ejemplo de reindustrialización exitosa, Marzo instó a Europa a priorizar la competitividad y a asegurar autonomía estratégica en materias primas y cadenas de suministro.
En resumen, mientras España avanza hacia la descarbonización industrial, persisten desafíos críticos que requieren una colaboración más estrecha entre el sector público y privado, así como un enfoque integral que garantice tanto sostenibilidad como competitividad económica.