Ekintza es una empresa familiar ubicada en Azkoitia que comenzó su actividad en 1973, hace más de 50 años. Hoy en día, los hermanos Aner, Ainhoa y Amaia Larrañaga dirigen la empresa, centrándose en la mejora continua de los procesos de torneado, fresado y rectificado de piezas unitarias o series cortas, que son su sello distintivo. Su actividad principal está dirigida a sectores como la máquina-herramienta, la siderurgia, la industria eólica y la naval, fabricando engranajes, ejes y cilindros de laminación. Recientemente, han ampliado su mercado al mecanizado de piezas que requieren fresado de precisión, adquiriendo un centro de mecanizado de cinco ejes.
En su búsqueda de la excelencia, Ekintza ha dado un paso importante hacia la digitalización del proceso productivo, una revolución en el mundo de la fabricación. Las nuevas tecnologías han permitido la interconexión digital de todos los elementos y trabajadores involucrados en el proceso, ofreciendo una visión global del mismo, desde la recepción del pedido hasta la entrega al cliente.
Ekintza inició su camino hacia la digitalización en 2021. Aunque contaban con una plataforma ERP para gestionar sus procesos, necesitaban una herramienta más intuitiva para analizar los datos. La solución llegó con el apoyo de Iraurgi Berritzen y la consultora Digitalentu, que los ayudaron en la transformación digital y la monitorización de los indicadores clave. «El proceso de digitalización exige trabajo, pero estamos contentos con los resultados. Podemos ser más precisos en los presupuestos y plazos de entrega», afirmó Ainhoa Larrañaga.
Aner y Ainhoa fueron los primeros en formarse en el nuevo modelo de análisis y gestión productiva, y se encargaron de transmitir la cultura digital al resto del equipo. Es crucial que todos los miembros de Ekintza, desde la recepción del pedido hasta la fabricación, estén implicados en el proceso. «Recopilamos datos de todo, lo que nos permite tener una visión general y detallada de aspectos como el tiempo de fabricación y la rentabilidad de los productos», señaló Ainhoa.
La digitalización también ha permitido la planificación dinámica de la fabricación, una fase en la que Ekintza está actualmente inmersa. Esta planificación se basa en la comunicación online de las máquinas con un ordenador central, permitiendo el seguimiento del proceso y la organización del trabajo en base al tiempo previsto para cada pieza. Además, permite realizar simulaciones para gestionar pedidos urgentes y redistribuir el trabajo de manera eficiente. «Gracias a la digitalización, podemos aplicar criterios de rentabilidad de forma más clara y sencilla», concluyó Ainhoa Larrañaga.