La línea que separa el mundo físico del digital es cada vez más fina, y en el corazón de esta transformación se encuentra una de las tecnologías más fascinantes de la Industria 4.0: los Gemelos Digitales. Lo que hasta hace poco sonaba a ciencia ficción es hoy una realidad tangible que está redefiniendo la eficiencia, la seguridad y la competitividad de nuestro tejido industrial.
Ya no hablamos de simples simulaciones, sino de réplicas virtuales vivas que operan en paralelo a sus contrapartes físicas. Y no hace falta mirar al extranjero para ver su impacto; empresas españolas de primer nivel como Navantia y Repsol ya están implementando esta tecnología para revolucionar sus operaciones. En este análisis, basado en la información del reciente artículo de la revista de Ingeniería y Tecnología de UNIR, desglosamos cómo lo están haciendo y por qué es tan importante.
La empresa pública de construcción naval, en colaboración con la Armada Española, está llevando la gestión de sus buques a un nuevo horizonte. ¿Cómo? Creando un gemelo digital completo para sus fragatas.
Esta réplica virtual no es un modelo 3D estático. Gracias a una red de sensores (IoT) distribuidos por todo el buque real, el gemelo digital se alimenta de datos en tiempo real: vibraciones del motor, temperatura de los sistemas, presión en los conductos, etc.
En el sector energético, donde la seguridad es primordial, Repsol está utilizando la plataforma NVIDIA Omniverse para crear gemelos digitales de sus plantas industriales. El objetivo va un paso más allá de la simple monitorización: buscan la automatización de tareas complejas.
La planta virtual sirve como un campo de entrenamiento y un sistema de guiado para robots autónomos. La Inteligencia Artificial analiza el estado de la planta a través del gemelo digital y dirige a los robots para que realicen tareas de mantenimiento.
La era de la industria reactiva está llegando a su fin. Los Gemelos Digitales, impulsados por el IoT y la IA, nos introducen en la era de la industria predictiva y autónoma. Los ejemplos de Navantia y Repsol son solo la punta del iceberg de una transformación que pronto veremos extenderse a sectores como la construcción, la logística o la salud.