La competencia por la producción de chips afectará especialmente a países como Corea, Japón o Taiwán
La producción de chips se ha convertido en los últimos meses en una batalla que juega un papel muy destacado en la configuración de la economía mundial. Tanto es así que Estados Unidos y China están compitiendo por su producción.
El historiador Chris Miller en Chip War: The Fight for the World ‘s Most Critical Technology afirma que pocas partes de la economía dependen de tan pocas empresas como los semiconductores. Por ejemplo, Taiwan Semiconductor Manufacturing (TSMC) fabrica casi todos los microprocesadores más avanzados del mundo. Por su parte, ASML, en Holanda, tiene el monopolio de las máquinas de litografía ultravioleta necesarias para fabricar los circuitos más sofisticados. En resumen: dos gigantes surcoreanos dominan el mercado de los chips; tres empresas de EEUU controlan el software de los semiconductores.
Esta no es una competencia que viene de ahora. Tras la Segunda Guerra Mundial, empresas pioneras como Fairchild Semiconductor, Intel y otras de Silicon Valley intensificaron la supremacía tecnológica de EEUU. Para hacerle frente, algunos fabricantes asiáticos intensificaron su actividad y experiencia para desafiar el dominio que históricamente había tenido EEUU. En los años ochenta, Japón superó por primera vez la producción de chips. Poco después, fue desbancado por Corea del Sur y actualmente, es Taiwán el que lidera la fabricación de semiconductores.
Huawei se suma a la producción de chips
Precisamente, para hacer frente a la escasez de chips y contra las medidas restrictivas de EEUU, empresas como Huawei comienzan a producir chips, colaborando con desarrolladores de semiconductores.
Aunque en vez de construir desde 0, Huawei está enviando miembros del personal para ayudar con la financiación, adquisición y funcionamiento de varios fabricantes de chips locales. Para ello, cuentan con un importante apoyo del gobierno.