El término BIM, que proviene de las siglas en inglés de Building Information Modeling, traducido al español como Modelado Inteligente de Edificios, se refiere a un software especializado que capacita a los diseñadores para crear modelos tridimensionales en computadora, enriquecidos con información alfanumérica asociada. Esta tecnología se encuentra entre las innovaciones líderes en la industria de la construcción y está ganando terreno en nuestro país entre las empresas desarrolladoras de viviendas y proveedores de materiales.
Según el arquitecto Guillermo Winocur de Arquicad, un muro no solo representa su estructura en 3D, sino que también permite la asignación de materiales y acabados, lo que facilita la generación automática de estimaciones de costos y presupuestos. Esta innovación se originó en la investigación del profesor Chuck Eastman en la Universidad de California, Estados Unidos, quien comenzó a desarrollar sistemas de modelado sólido y paramétrico para la industria de la construcción.
En esencia, BIM es una metodología de trabajo colaborativa que centraliza toda la información del proyecto en un modelo de información digital creado por todos los involucrados. Representa un enfoque integral en el diseño, construcción y gestión de proyectos de construcción, basado en la creación y utilización de modelos digitales 3D que detallan todos los aspectos de un edificio o proyecto de infraestructura, desde su geometría hasta los datos y atributos asociados a cada componente, como explica la arquitecta Lucrecia Real.
Las ventajas clave de BIM incluyen la capacidad de anticipar y resolver problemas eficientemente, la colaboración multidisciplinaria, la reducción de errores y tiempos durante la construcción, un mejor control de costos y plazos, y la facilitación de la gestión de activos a lo largo del ciclo de vida del edificio. Sin embargo, su implementación requiere inversión en software y capacitación continua, así como una transformación digital que puede encontrar resistencia en la industria.
BIM se aplica en proyectos de arquitectura e infraestructura para mejorar la eficiencia y la calidad en todas las etapas del proyecto, desde el diseño hasta la gestión a largo plazo. Permite la construcción en 3D y la evaluación de la respuesta de la estructura a condiciones adversas, como fuertes vientos, lo que podría contribuir a reducir riesgos de colapso. También se utiliza para diseño, topografía, análisis y simulación, documentación, gestión de recursos, seguimiento y gestión de activos.
En los últimos años, BIM ha avanzado hacia la gestión y mantenimiento, asociando cada elemento del modelo con datos cruciales para facilitar la programación del mantenimiento preventivo y la gestión del inventario de materiales y recursos. La inteligencia artificial también plantea nuevos desafíos en áreas como la planificación y diseño generativo.
Además, BIM permite su uso a distancia, lo que facilita la comunicación con los equipos de obra incluso cuando se está fuera del lugar de construcción. También tiene la capacidad de crear maquetas tridimensionales de edificios finales a partir de elementos simples y modelar formas orgánicas. En cuanto a costos, la implementación de BIM en la construcción de viviendas no difiere significativamente de las tecnologías CAD, con un costo estimado de licencia de alrededor de USD 2,350 más IVA y requisitos de hardware estándar. Sin embargo, se debe considerar el costo inicial de adaptación, ya que trabajar con BIM implica un enfoque diferente al trabajar en 2D.