En la carrera por desarrollar tecnologías de interfaz cerebro-computadora (BCI), China se suma al interés que Elon Musk y Neuralink han despertado con sus avances. Tras el reciente logro de Neuralink al implantar una de sus interfaces en un ser humano, investigadores chinos respondieron con un comunicado anunciando sus propios planes para lanzar su modelo a partir del 2025.
Neuralink, fundada en 2016, ha estado trabajando en la creación de un implante para tratar discapacidades derivadas de trastornos neurológicos mediante la estimulación cerebral directa. El gobierno chino, en un comunicado del Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, ha designado la «interfaz cerebro-computadora» como uno de sus «productos icónicos innovadores», con el objetivo de avanzar en tecnologías clave como los BCI.
China planea desarrollar versiones accesibles de BCI con aplicaciones en conducción autónoma, realidad virtual y rehabilitación médica. Su enfoque se basa en una «inteligencia inspirada en el cerebro» utilizando inteligencia artificial generativa. Aunque no se ha mencionado específicamente a ninguna empresa encargada de esta tarea, se espera que se promueva la colaboración con diversos grupos de investigación en este campo.
La Universidad Médica Capital del Hospital Xuanwu, junto con otras empresas chinas como NeuraMatrix y Neuracom, también están avanzando en el desarrollo de chips cerebrales. Mientras NeuraMatrix busca crear un chip para la comunicación con máquinas mediante implante craneal, Neuracom tiene como objetivo un chip más seguro y eficiente. A pesar de no estar en la misma posición que Neuralink, los informes indican que el Gobierno chino ha inaugurado un laboratorio en Tianjin dedicado al desarrollo de interfaces cerebro-máquina, señalando el interés creciente en este campo de investigación en China.