La integración de sistemas automatizados de grabación en la puerta, que comúnmente se asocia con el buzón de voz en dispositivos móviles o teléfonos fijos, se materializa en este contexto mediante el empleo de una videocámara estratégicamente ubicada. A diferencia de la convencionalidad de las respuestas pregrabadas, en este escenario, la respuesta proviene de un dispositivo visual que capta la realidad en tiempo real. Aunque el concepto del hogar conectado ha estado presente en la sociedad durante varios años, se vislumbra un enfoque diferente en la mejora de la seguridad del hogar, adoptando soluciones tecnológicas que no solo sean efectivas sino también accesibles, sin la necesidad de compromisos financieros a través de suscripciones mensuales.
La instalación de videocámaras en la puerta de una residencia no solo se traduce en una disminución palpable de los robos, gracias a su efecto disuasivo innegable, sino que también facilita la gestión de entregas de paquetes. Sin embargo, este avance tecnológico no está exento de sus propias controversias, particularmente en lo que respecta a la privacidad. La transmisión de grabaciones a servidores remotos plantea interrogantes sobre la seguridad de los datos capturados. Aunque los fabricantes aseguran la encriptación de las grabaciones, la pérdida de contraseñas podría derivar en la inaccesibilidad a estas grabaciones, según advierte Dave Ward, director ejecutivo de Ring para Europa.
Además de la videovigilancia, la incorporación de sistemas de alarmas emerge como una medida altamente disuasoria contra los robos. No obstante, las alarmas conectadas suelen conllevar costos adicionales, como cuotas mensuales y el arrendamiento de equipos, lo cual puede desalentar a algunos usuarios. Afortunadamente, existen sistemas de alarmas independientes que notifican al usuario en caso de intrusión, sin depender de una conexión centralizada y evitando la obligatoriedad de suscripciones mensuales. Estos sistemas proporcionan la flexibilidad de recibir notificaciones directas en el teléfono móvil, activar una sirena de alerta y acceder a imágenes en tiempo real para una supervisión más detallada.
En el ámbito de la cerradura inteligente, la propuesta innovadora consiste en utilizar el teléfono móvil como llave, eliminando así la necesidad de llevar consigo tradicionales llaveros físicos. A pesar de las inquietudes que puedan surgir en torno a la pérdida o robo del dispositivo móvil, las cerraduras modernas basan su seguridad en métodos biométricos, como el reconocimiento de huellas dactilares o desbloqueo facial a través de los dispositivos móviles. Este enfoque simplificado busca proporcionar una solución conveniente y segura para el acceso al hogar, integrando la comodidad del mundo digital con la necesidad inherente de proteger el espacio residencial.