Yann LeCun advierte que la verdadera amenaza en el campo de la inteligencia artificial (IA) no es el escenario apocalíptico que a menudo se discute, sino el riesgo de que el 1% más poderoso se apropie de las riquezas que genera la IA. Acusa a líderes tecnológicos como Sam Altman, Demis Hassabis y Dario Amodei de ejercer una influencia desmedida en la regulación de la IA, lo que podría resultar en el control exclusivo de la tecnología por unas pocas empresas. LeCun aboga por enfocarse en el estado actual de la IA y teme que caiga en manos de entidades con fines de lucro, lo que podría tener consecuencias negativas para la democracia y la diversidad cultural.