Chile está replanteándose su modelo económico basado en industrias altamente contaminantes. Como ejemplo, tenemos la decisión de la empresa estatal Codelco de cerrar la fundidora de cobre de Ventanas, en la bahía de Quintero y Puchuncaví. Esta fábrica, fue bautizada por Greenpeace como el Chernóbil chileno.
La decisión se toma en base a los numerosos casos de intoxicación por inhalación de dióxido de azufre. El presidente de Chile, Gabriel Boric, ha explicado que el país lleva décadas exponiendo a sus ciudadanos a las consecuencias de un deterioro ambiental severo. Si bien en décadas pasadas las preocupaciones ambientales ni siquiera se contemplaban, hoy las cosas han cambiado.
Aunque Boric ha garantizado que ningún empleado de la fundidora va a perder su empleo, los trabajadores de Codelco están en pie de guerra y ya han organizado protestas. Hay que recordar que Codelco tiene plantas por todo el país.
El modelo económico de chile ha permitido crear complejos como el de la bahía de Quintero y Puchuncaví a 160 km de Santiago. En apenas 8 kilómetros de costa, hay una concentración de 18 plantas industriales, mineras, energéticas y portuarias.
Los trabajadores consideran que la contaminación por dióxido azufre es un «Chivo expiatorio» para poder cerrar la planta, ya que la zona está saturada por industrias contaminantes. El gobierno espera que al clausurar la planta responsable del 62% de las emisiones cesen las intoxicaciones. El cierre será gradual y dilatará durante 5 años.