Barcelona ha consolidado su posición como la tercera ciudad más atractiva de Europa para emprendedores que buscan establecer startups, manteniéndose en ese puesto por séptimo año consecutivo, según el informe «Startup Heatmap Europe». En este ranking, la ciudad catalana se sitúa únicamente por debajo de Londres y Berlín, superando a otras importantes ciudades como Amsterdam, París y Munich. Por otro lado, Madrid se encuentra en la posición número 11, experimentando una caída de un punto en comparación con el año anterior.
Las razones detrás de la preferencia por Barcelona son diversas, incluyendo su conectividad global, la solidez del sistema universitario, la presencia de talento internacional y la relación calidad-precio en el costo de vida. El informe destaca el papel crucial de estas características en la atracción de emprendedores y startups.
Este año, el informe ha incorporado a Málaga en el ranking, ocupando la posición número 19 de 20. Sin embargo, se señala que la competencia es beneficiosa y, aunque Málaga ha logrado atraer sedes de grandes multinacionales tecnológicas, aún se encuentra en desarrollo en términos de tejido local de startups.
En cuanto a Madrid, su proyección en el ecosistema emprendedor se atribuye a la fuerte inversión de empresas privadas y administraciones públicas. A pesar de la ventaja histórica de Barcelona, se sugiere que Madrid podría seguir creciendo y acercándose en el ranking en el futuro.
El informe también destaca que Barcelona es la ciudad del sur de Europa más preferida por los emprendedores, según datos recientes de Acció, la agencia para la competitividad de la empresa de la Generalitat. En 2023, el ecosistema catalán, principalmente representado por empresas en Barcelona, superó las 2.100 startups, con un volumen de negocio de 2.112 millones de euros anuales y un crecimiento del 14% con respecto al año anterior.
Para impulsar aún más el crecimiento del ecosistema digital, el informe sugiere que Barcelona podría mejorar el acceso a fondos de capital riesgo, fortalecer las conexiones entre startups locales y el tejido industrial, y simplificar los procesos burocráticos, percibidos como un obstáculo para la innovación.